El monólogo suele ser de una sinceridad terminante. No hay interlocutor con quien medirse. El diálogo suele ser de una cómplice sinceridad: en el mejor de los casos es tu palabra junto a la mia. Pero más allá del diálogo aparece ya el espectador y el testigo. La sinceridad se ha hecho imposible. Más allá del diálogo empieza la representación. Rafael Argullol

jueves, 15 de septiembre de 2011

Borges eterno y presente

"La fábula cabalística y kantiana de Borges nos da a entender que el orden que vemos en el universo tal vez no resida en absoluto en el universo, sino en los paradigmas de pensamiento que le aportamos. Las matemáticas que hemos inventado (según algunas versiones) o descubierto (según otras), de las que creemos o esperamos que sean una llave para acceder a la estructura del universo, muy bien podrían ser igualmente un lenguaje privado (privado de los seres humanos con cerebros humanos) con los que garabateamos en los muros de nuestra caverna."

fragmento de Diario de un mal año, de Coetzee