El monólogo suele ser de una sinceridad terminante. No hay interlocutor con quien medirse. El diálogo suele ser de una cómplice sinceridad: en el mejor de los casos es tu palabra junto a la mia. Pero más allá del diálogo aparece ya el espectador y el testigo. La sinceridad se ha hecho imposible. Más allá del diálogo empieza la representación. Rafael Argullol

miércoles, 12 de agosto de 2009

En Obra Negra


Las obras de John Jader Bedoya “En exilio” y “Trasegar” son el producto de procesos e investigaciones pictóricas que ofrecen innovadores resultados en el manejo y dominio técnico del acrílico. Estas experimentaciones lo han llevado a conocer las posibilidades de las resinas y a jugar con ellas en la multiplicación. Las herramientas tradicionales para la manipulación pictórica son dejadas de lado para apostarle como si fuese un albañil a construir, literalmente, sus cuadros.

Son obras que ponen “contra la pared” al espectador y lo enfrentan a lo conocido sin proponer otra mirada que no sea, la de reconocer un misterio allí donde solo, por un instante, apreciamos extrañamente problemas que hay que resolver: Es un muro y nuestra intimidad.

Sus obras re-crean el espectáculo de las vivencias cotidianas en las que por siempre somos cuando llamamos mundo a ese acontecer de huellas y remisiones que promueven y emocionan, que van y pasan, que delimitan y exilian o nos mueven a esa querencia de huir de nuestro constitutivo espacio y ausentes trasegar sin fronteras.

La idea de Bedoya por evidenciar el recuerdo de una cosa ignorada y colocarla para la reflexión, no da tregua ni espera, ni mucho menos permite que especulemos su aparente sobriedad, contrario a lo que podría pensarse, acentúa la carga simbólica que lleva implícita el vacío que da cuenta de lo que de siempre queda como imagen sin redundar en los lugares comunes de la pintura y nuestra identidad estética.

lunes, 10 de agosto de 2009

UNA NUEVA LECCIÓN

Foto Carlos Tobón
tomada de Vivir en el Poblado

El maestro que enseña tiene múltiples formas de transmitir su saber y muchas son las sorpresas que nos trae cada exposición del maestro Rodrigo Callejas, su muestra “Obra reciente” en la galería Naranjo & Velilla no es la excepción.

En primer lugar sus pinturas continúan creando lenguajes plásticos, que al hacer uso de materiales industriales nos llevan a obtener, cada día, lecturas resemantizadas de lo que hemos definido como paisaje. A su vez, el contacto con las tecnologías no es ajeno a sus búsquedas y a sus valoraciones plásticas y estéticas, encontrando en ellas posibilidades y caminos rizomáticos inagotables.

Su herbolario, que forma parte de una florida feria, trasciende el papel de los objetos para convertirlo en unas abstracciones que multiplican las posibles lecturas, algunas veces se podrían ver montañas que remiten a la memoria, pero a su vez podrían transformarse en signos y formas simbólicas que dejan abierta la interpretación al espectador.

Técnicamente sus cuadros son una lección magistral de la historia de la pintura, ya que en ellos encontramos una variedad de estilos y escuelas que en una constante y juguetona recreación nos recuerdan a quienes de una forma u otra marcaron nuestra formación, sutil homenaje de reconocimiento a ellos, los maestros.

En segundo lugar para el maestro Callejas la creación es lo más importante en el quehacer artístico, por eso su bestiario personal sigue creciendo y deambulando por los rincones de su taller, y ante los avatares y dilemas que le presenta el hecho técnico de la cerámica, encuentra nuevos horizontes y alternativas en la fundición en bronce, técnica que le permite elaborar corazas más resistentes para sus acéfalos animales.

Estas eróticas piezas que fueron concebidas una a una, ahora tendrán la oportunidad de mutar y multiplicarse, de reproducirse entre el fuego y la pasión que los concibió.

Y como cierre a esta grata lección es de destacar el homenaje y reconocimiento público, “No oficial” ni preparado, que rindieron con su presencia a la exposición, las nuevas generaciones de artistas que están dedicados a las múltiples posibilidades que brinda el paisaje, todos ellos reunidos alrededor del maestro quien con sencillez y sabiduría, nuevamente nos da otra lección, esta vez la de la humildad.

lunes, 20 de abril de 2009

NI ANGEL NI BESTIA







NI ÁNGEL NI BESTIA


Con sorpresa se reciben de vez en cuando algunas buenas imágenes que permiten reflexionar en torno al quehacer plástico, si bien es un ejercicio que en los últimos años o lustros es poco conocido, de tanto en tanto algún atrevido y osado cultor se atreve a hacerlo y alimenta de forma estimulante este oficio. Impresionarse es la primera sensación al ver las obras que John Jader Bedoya nos presenta, allí el color, las texturas y las formas nos introducen en un juego que nos remonta a nuestra infancia y donde la memoria comienza a construir los referentes de lectura personal e íntima de la obra.

Sin ninguna pretensión conceptual o teórica, los cuadros nos llevan a un paseo por la experiencia estética y manual que nos recuerda que el arte es técnica, uso y manejo de materiales. Que las alusiones se pueden dejar de lado y que como experiencia plástica la pintura aún tiene muchos campos inexplorados y donde el instinto abierto conduce al placer.

Cuando el color que se enseña en las llamadas facultades de arte se torna monocromático y elemental, Bedoya se obstina en recordarnos que las posibilidades del color parecieran inagotables, que el poco investigado mundo de los grises es una paleta rica y con las mejores posibilidades plásticas y compositivas; válida esta apuesta por integrar estos colores en un mundo cargado de publicidades e imágenes que a diestra y siniestra tan solo confunden y alteran la retina.

Pero surge una pregunta, ¿de dónde se puede asir en esta exposición una persona que no tiene experiencias con el color ni con la materia ni con los mínimos de la pintura? La respuesta en primer lugar parece darla el título de la muestra. Si bien las palabras que las componen tienen una carga significativa fuerte, podrían ofrecer elementos que llevarían a hacer una lectura desde los significados que estas le ofrecen a cada espectador, o por el contrario lo llevarían a deambular y divagar en elucubraciones especulativas propias de la historia del arte y caer en el juego de lo fantástico o de la ficción, donde divinidades y apocalípticos sin integrados deambulan.

Más allá de las fallidas y monótonas muestras que a diario se aglomeran en salas y salones y que pretenden ser celebres, la muestra que nos ocupa trae consigo elementos que nos confirman el papel del pintor y los de la teoría del arte y la filosofía, roles que últimamente se funden y se camuflan dejando tan solo ver las flaquezas de estas disciplinas y de sus exponentes. La exposición “Ni ángel Ni bestia” es un oportuno recuerdo de la importancia y el compromiso que tiene el pintor con su oficio y con su disciplina, la cual después de tantas actas de defunciones que se le han hecho se reinterpreta y renace en cada pintor que aún le apuesta a su compromiso con una profesión tan poco respetada por sus propios hijos.

Oxigeno y alimento en un desierto estético y visual tan seudo comprendido y tan caótico, que tan solo busca confundir para mantener el reinado y el rey continua desnudo.

ni con el pétalo de una rosa





viernes, 17 de abril de 2009

en comunidad lectora


Fueron horas y horas de deambular por calles y rincones de una ciudad desconocida, de encontrarse con gentes que en medio de las vicisitudes y las dificultades, siempre piensa y cree que existe un futuro mejor. Gentes que buscan pero que casi nunca encuentran las respuestas, pues las preguntas cambian cada temporada, como la moda. Ilusiones, desencantos, sueños y realidades se conjugan en la cotidiana maraña de la vida, la caja de Pandora explota y sólo deja eso que ya a nadie le sirve, la esperanza.
Conflictos e intereses se mezclan en un curioso sancocho callejero, haciendo un plato difícil de digerir. Intentos fallidos y búsquedas de calles, rincones y lugares que sacaron mas de una cana y aumentaron mas de una úlcera.






el orquideorama Jardin Botánico Medellin




Mi anturio negro


dia de principes y dinosaurios argentinos UNICENTRO

la pose ante el pariente de REX

Mateo

Isabela

Un dinosaurio de la Patagonia

Mateo alistandose

dinos en madera Unicentro

Frente al PARANINFO

ultima exposicion individual BIBLIOTECA CENTRAL UDEA









el libro y su poder


Dale Chihule en Seattle
















martes, 14 de abril de 2009

días de matinal


Días de Matinal

Unas papitas, palomitas con caramelo, Kolcana, una barra de dulces de cristal, chocolatina Jet que se comienza a derretir, estar cogidos de la mano con los hermanos. El mayor siempre adelante, el menor haciendo fila tres horas antes. Ese soy yo. Esperar, desconocer la historia, comer la barra de Charms, saber que estar frente al teatro es el premio por el buen comportamiento en la casa y en el colegio durante la semana, esta recompensa no requiere de avisos de WANTED, pues son solo algunas de las particularidades del cine que vimos.

Desde que María esperó a Efraín en una hacienda del Valle, pasando por el Gran Hotel donde se bailó el bolero de Raquel, porque ahí estaba el detalle para ser un caballero a la medida, un quijote sin manchas, un bombero atómico y un patrullero para terminar siendo don Mario Moreno. Cine con dos criados malcriados, un karateka azteca o un cura de locura, con Viruta y Capulina, con una flor silvestre que estaba enamorada cuando nosotros los pobres y a la sombra de un caudillo, cantábamos la cucaracha, entonces olvidados decidimos irnos con Pacho Villa, creando una familia de tantas en un lugar sin límites.

Siguió todo el spaguetti western y sus matones buenos, malos y feos, con los cuatro del Apocalipsis y los del Ave María, sumados a Ringo, Django y Sartana quienes por un puñado de dólares le ponían precio a la muerte y buscaban a los malos, vivos o muertos, aunque ellos siempre preferían entregarlos muertos. Mientras en otros cines se aseguraba que las colegialas pecaban, amaban pero no mostraban nada frente a las cámaras y la sugerente Silvia Kristel, nos dejaba más de una noche sin dormir.

Todo esto se mezclaba con historietas dibujadas como Kaliman, Arandú, con fotonovelas y con libros que comenzaban a llegar, muchos de ellos de forma clandestina, no porque hicieran parte del Malleus Maleficarum sino porque no eran de fácil acceso en el proceso de ingreso a la modernidad tardía, entonces este nuevo conocimiento nos llevó a saber que existían unos señores famosos que hacían del cine algo que se llamaba arte, cosa que aún hoy no sabemos qué es.

Conocimos a Chaplin, a Buster Keaton, a los hermanos Marx, que siempre pensamos que eran los hijos de Karl. A un señor gordo llamado Orson Wells quien a través de la radio había aterrorizado con una invasión extraterrestre a todo un país, y a un mago del suspenso, un hombre que sabía demasiado de los pájaros y de ventanas indiscretas que con cierta psicosis siempre nos generaban vértigo.

A unos europeos que decían que la vida es dulce y en la que se podía hacer una gran comilona, para luego en un eclipse rojo tener un baile en la ciudad abierta de Roma.

Otros desde el vestidor nos mostraban la infancia de un niño, y nos decían que todo es tan lejos y a la vez tan cerca, y que si no entendíamos esto podríamos tener la ira de Dios. Además de que el rojo, el blanco y el azul no solo eran colores sino también películas, y que después de 400 golpes siempre hay gritos y susurros y que por culpa del satiricón que hizo un Casanova hubo una muerte en Venecia.

Alguien nos dijo que en la strada se la pasa un ladrón de bicicletas y que deambulan hombres sin pasado y mujeres al borde de un ataque de nervios. Que los amantes del círculo polar saben que no obstante los secretos y las mentiras, existe un lado oscuro del corazón. Y que para saber el título de las películas que uno desea exhibir en un cine foro del proyecto de comunidad lectora, siempre existirá el proceso y la lista, porque en Colombia soñar no cuesta nada, ya que todos quieren ser millonarios si tienen una American Visa, y no obstante la Babel lingüística que esto genera, la vida secreta de las palabras y al letrero que dice: “No se lo digas a nadie”, se lo podemos decir a ella; a la mujer de mi hermano y a tu mamá, también.

Muy a pesar de los amores perros, muchos aseguran que la vida es bella y parece un cinema en el paraíso, mientras ellas bailan solas un Habana Blues en un Olimpo que aquí no es sino un garaje de desaparecidos.

Todo puede pasar por estas mágicas imágenes, todo, incluso pueden servir de disculpa para escribir un texto junto a mi vecino Totoro y a la princesa Mononoke, quienes de la mano de Hayao Miyazaki y las trillizas de Belleville nos pueden llevar a descubrir antes del amanecer y antes del atardecer que el cine es una opción para aprender y conocer la diversidad del mundo que nos rodea.