El monólogo suele ser de una sinceridad terminante. No hay interlocutor con quien medirse. El diálogo suele ser de una cómplice sinceridad: en el mejor de los casos es tu palabra junto a la mia. Pero más allá del diálogo aparece ya el espectador y el testigo. La sinceridad se ha hecho imposible. Más allá del diálogo empieza la representación. Rafael Argullol
viernes, 17 de abril de 2009
dia de principes y dinosaurios argentinos UNICENTRO
JOSUÉ CARANTÓN SÁNCHEZ Maestro en Bellas Artes Especializado en Pintura Especialista en Gestión Cultural Magister en Historia del Arte cel 301 6900419 e-mail: josue.caranton@gmail.com
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