El monólogo suele ser de una sinceridad terminante. No hay interlocutor con quien medirse. El diálogo suele ser de una cómplice sinceridad: en el mejor de los casos es tu palabra junto a la mia. Pero más allá del diálogo aparece ya el espectador y el testigo. La sinceridad se ha hecho imposible. Más allá del diálogo empieza la representación. Rafael Argullol

martes, 6 de julio de 2010

congreso iberoamericano de cultura


Visita al Málaga a tanguear

Cierre de Fito Páez

Antonio Carmona ex Ketama

Rosario al otro día


Ahora si con los VAn VAn

Maderos y las filarmónicas

Mederos y su bandoneón
Juan Formell sin sus Van Van

Andrea y Benavides

Drexler enamoró a la mujeres

Al otro día Drexler, Aragao y Pacho de Maldita Vecindad

León Gieco único

Silvio de antología

Le falto cantar Maldita duda



La tarima en San Juan

Drexler en prueba de sonido

Andrés Cepeda y Rodolfo Mederos, Todas las manos, todas.


David Sanchez Juliao, historia mágica


el escenario

Silvio y la Ministra

Fotos cortesía de los amigos y del los organizadores del Congreso Iberoamericano

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