El monólogo suele ser de una sinceridad terminante. No hay interlocutor con quien medirse. El diálogo suele ser de una cómplice sinceridad: en el mejor de los casos es tu palabra junto a la mia. Pero más allá del diálogo aparece ya el espectador y el testigo. La sinceridad se ha hecho imposible. Más allá del diálogo empieza la representación. Rafael Argullol

sábado, 12 de febrero de 2011

Marilyn....oohhhhhhhhhh


El público espera, de la mano de la mujer que adoro arribo al lugar. Los amigos nos dan un caluroso recibimiento. Es un reencuentro en un lugar distinto. Es un día extraño, es un día de poesía, una puesta en escena, una teatralidad donde una mujer, en el cuerpo de un hombre, busca manifestarse. Una gata hace su aparición, luego un Capote versión punk, traza con sus palabras un derrotero, el aguardiente lo transporta. Luego sale ella, Quiere cantar...Happy birthday Mr President...Observo sus labios, sus manos con unos guantes de seda le dan a su atuendo una caracterización especial, convirtiéndola en una Diva. Danzarina y coqueta vocifera textos y canciones en español de plancha y en inglés. Los anaqueles repletos de libros, atiborran el lugar y el calor se torna insoportable. Hay una pausa, salgo del lugar y comienzo a beber aguardiente. Las copas se comienzan a desaparecer en los bolsillos. Las mujeres prefieren cerveza. Pero unos las prefieren rubias. Temas y peroratas continúan, diatribas anticastristas por sus xenófobas acciones, un poco de allí y un poco de allá construyen un discurso sin curso. Una escena de celos se ve en la calle cuando alguien abraza más del tiempo aceptado socialmente a la novia de un amigo. Caras serias. Disculpas del abrazador. Otros aguardientes. Marilyn ya no es Marilyn, orond@ sale a saludar a sus espectadores, me da un beso en la mejilla, su copa roja de vino la hace ver mas femenina que cuando estaba caracterizando a la Diva , el beso no me intimida. Los diálogos sin sentido son la constante, solo las mujeres son las que hablan cosas interesantes, mientras nosotros continuamos con las discusiones insulsas y tontas. Más aguardiente. Un cigarrillo. Malabarista con fuego y los metaleros en la calle gozan de sus destrezas, un artista dibuja sobre un papel que está pegado en una reja, la gente entra y sale. Una oronda niña se pavonea con su chanda de marca por el bar, su florido vestido le demarca las formas y la hace ver excitante o excitable o deseada, lo sabe por eso cruza, sale, entra y deambula por el bar; creo que intentaba llamar la atención, me mira de arriba a abajo, pero no caigo antes sus miradas. Hablo y conozco gente que está en otras mesas e incluso en la calle, hablo del arte, pero mal. Tomado de una mano nuevamente, esta vez para no caerme de la borrachera, cruzo la calle y me voy. No recuerdo cómo llegué a la casa. Solo sé que en la mañana estaba completamente desnudo y no encontré una nota en la mesita de noche ni un teléfono a quien llamar. Creo que todo lo imaginé, incluso tengo dudas si la noche de aguardientes fue la noche que describo. O si Marilyn o la niña del perrito fue quien me trajo a casa.








3 comentarios:

Mauro Vélez dijo...

Me gustó este perfomance, en homenaje a la diosa del cine. Caro estña poseído por el arte en la actuación.

Mauro Vélez dijo...

Me gustó ste perfomance en homenaje a la diosa del cine. Caro está poseído por el arte de la actuación. Música de aplanchar no hubo, porque Gitana es un clásico ahora del cine.

Gabriel del Casal dijo...

He visto el video del gran perfomista Gajaka y me he quedado helado, pues el parecido con la Marilyn es sorprendente, y la poesia de gAJAKA, NUESTRO GABRIEL JAIME CARO, MARAVILLOSA DESDE EL PUNTO DE VISTA SURREALISTA, AUNQUE EL DIGA QUE ES NEOBARROCA.