El monólogo suele ser de una sinceridad terminante. No hay interlocutor con quien medirse. El diálogo suele ser de una cómplice sinceridad: en el mejor de los casos es tu palabra junto a la mia. Pero más allá del diálogo aparece ya el espectador y el testigo. La sinceridad se ha hecho imposible. Más allá del diálogo empieza la representación. Rafael Argullol

martes, 23 de agosto de 2011

Soy el de Amores perros, ¿qué esperaban?



Soy el de Amores perros, ¿qué esperaban?
Una buseta transporta, en una mañana soleada a X. Y hace cola en la entrada de una universidad y Z espera pacientemente a la entrada de un auditorio. W observa a una gente dispuesta y a unos estudiantes, o a quienes parecen que lo hacen, indispuestos. La hora es la programada, pero nunca se da inicio a la hora exacta, así que en la presentación que hace Víctor Gaviria, X,Y,Z y W se acomodan en sillas seguidas, sin saber quien son ni el uno ni el otro.
Todos se sienten tratados como objetos, como simples números. Por eso la violencia se ha convertido en un elemento clave, pues se mata a objetos no a personas. La nueva clase no tiene nada que perder y por ello quiere acabar a los burgueses de mierda.
Es por eso que Guillermo plantea que la tarea del creador no es hacer denuncia, sino que la vida vale y que éste tiene que devolver el peso de cada ser humano, también afirma, que nunca deben estar comprometidos con nada político, religioso o lo que sea, sólo deben comprometerse con la condición humana, devolverle a esta la condición de sujeto. Por ello tampoco se puede juzgar la condición humana.
En la vida es importante decir que si, y ver dónde estamos situados en la sorpresa, porque no estamos abiertos a ella. El imprevisto es importante ya que debemos descubrir nuevas cosas en las manchas, esas manchas que aparecen de improviso en la vida.  Pues como en el arte no hay voluntad ni progreso, como dice Chejov, uno escribe lo que puede. Debe haber rigor, no control ni progreso, ya que no hay viagra para la creatividad.
Desnudarnos nos torna valerosos. Como somos y pertenecemos a especies distintas los seres humanos trabajamos y creamos para los de nuestra especie, sea ésta grande o pequeña, lo que hagamos lo hacemos por ella. Entender esto hace que la gente no se castre antes de iniciar una tarea, sin miedos debe enfrentarse a su oficio.
Mamil anatapei o Mamihlapinatapai palabra de los Yámanas de Tierra de Fuego, considerada como la "palabra más concisa del mundo", y como uno de los términos más difíciles para traducir. Describe "una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambos desean pero que ninguno se anima a iniciar". Es el ejemplo para dejar y quitar la sensación de derrota, ya que la cobardía y la indecisión se arrastran siempre y como decía Faulkner, si voy a ser un fracasado voy a ser el gran fracasado , no uno a medias.
Debemos equivocarnos, pero ser conscientes de elegir los momentos para expresar la vida, momentos que nos definen como personas, no lo que otros definen, no el cliché de lo que se espera, debemos contar las historias que a nosotros nos tocan. Ser genuinos y sentar en nuestras rodillas a nuestros “hijos” obras, ya que tener miedo no está mal, lo que está mal es ser dominados por él.
Por ello recomienda: jamás investigar, ni escribir las biografías de los personajes, ni escribir argumentos, ni tener idea en lo que va la historia, ni conocer el final y menos tener una estructura, por eso no entiende cómo la gente no vio que 21 gramos y Amores Perros eran comedias románticas. Por eso para él existe una pregunta, de ¿qué sirve la vida si no tenemos una pasión? Y en la creación no debemos creer que el público sea idiota, pues lo más factible es que el idiota seamos nosotros.
X,Y,Z y W salen de los Fundadores sin haber encontrado los 21 gramos o las 21 pulgadas, ni las lenguas de Babel ni saber si sus Amores son o serán Perros, y sin haber asistido a uno de los tres entierros de Melquiades Estrada.







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