El monólogo suele ser de una sinceridad terminante. No hay interlocutor con quien medirse. El diálogo suele ser de una cómplice sinceridad: en el mejor de los casos es tu palabra junto a la mia. Pero más allá del diálogo aparece ya el espectador y el testigo. La sinceridad se ha hecho imposible. Más allá del diálogo empieza la representación. Rafael Argullol

viernes, 22 de abril de 2011

Visita de Fercho 26

 En Dol Ché comiendo helado


 Con Edgar Villamil en su casa


En Nuquí Restaurante




Parque Explora








En el Publito Paisa


En Hooters

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