El monólogo suele ser de una sinceridad terminante. No hay interlocutor con quien medirse. El diálogo suele ser de una cómplice sinceridad: en el mejor de los casos es tu palabra junto a la mia. Pero más allá del diálogo aparece ya el espectador y el testigo. La sinceridad se ha hecho imposible. Más allá del diálogo empieza la representación. Rafael Argullol

lunes, 30 de agosto de 2010

Gloria Montoya "La sangre y la lluvia"



Pelicula colombiana "La Sangre y La Lluvia"

Afiche Teatral



SINOPSIS

Jorge y Ángela, dos seres nocturnos, solitarios y cuestionados frente a sus propias vidas se encuentran en medio de una lluviosa noche entre las oscuras y violentas calles de Bogotá. Jorge es un joven taxista. Está destruido afectivamente por la reciente muerte de su hermano a manos de un grupo de delincuentes, de los que ahora se quiere vengar. Ángela es una hermosa joven adicta a la cocaína. Una princesa nocturna que suele frecuentar cada sórdido lugar de la noche Bogotana.

En solo seis horas el amor, las calles y sus fantasmas les unirá para siempre y les separara para siempre, de la misma manera en que la lluvia, como las lagrimas, iran desdibujando y diluyendo los rastros de sangre y de dolor sobre el asfalto frío.

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Protagonizada por: Quique Mendoza, Gloria Montoya

Guion: Jorge Navas, Carlos Henao, Corinne-Alize Le Maoult

Directed By: Jorge Navas

Produccion: Efe-x cine

Premios:
Premio Script and Development. Fundación Hubert Bals y Festival de Cine de Rótterdam. 2003.
Laboratorio de Guiones del Sundance Institute. Oaxaca, México. 2004.
Premio para desarrollo. Fondo para el Desarrollo Cinematográfico y el Consejo Nacional de las Artes y la Cultura en Cinematografía de Colombia. 2004.
Produire Au Sud selection. Nantes, Francia. 2004.
Cinemart Selección. Holanda. 2005.
Premio coproduccion Ibermedia. España. 2006
Premio de produccion Fondo para el Desarrollo Cinematográfico y el Consejo Nacional de las Artes y la Cultura en Cinematografía de Colombia. 2005.
Produire au Sud. Selection. Convocatoria Embajada de Francia. Lima. 2003.

Afiche de Expectativa


NOTA DEL DIRECTOR

Vivo en Bogotá, una urbe moderna y a la vez corazón de uno de los países más violentos y más pasionales del planeta. Recorro sus calles de día y de noche, sintiendo su pasión y su dolor, acompañado de una esperanza que siempre está aplazándose en medio de la guerra, el caos reinante y la descomposición social que todo el tiempo me respira al cuello. Siento la sombra de la muerte recorrer junto a mi estas calles, pero también siento la vida que en cada esquina busca emerger y crear, escondiéndose detrás de cada rostro buscando su oportunidad. Este contraste radical entre vida y muerte no deja de mostrarme una fuerte dosis de poesía proveniente de las entrañas, proveniente de las almas y de los destinos buscando su equilibrio y su continuidad. Hay diamantes sucios, intentando brillar entre el fango, entre el carcomido asfalto. De todo esto necesito hablar, de todo esto necesito dejar testimonio.

“La sangre y la lluvia” es el nombre de la película donde pretendo plasmar éste testimonio. Su nombre obedece a la metaforisación de lo que quiero decir y a los conceptos de fondo que quiero desarrollar. Me interesa la noche de la ciudad, la indiferencia de sus habitantes temerosos y resguardados y la soledad y la impotencia de los seres que se atreven a desafiar las calles como necesidad de confrontación, búsqueda y libertad.
Todas las noches hay muertes violentas en Bogotá; todas las noches cadáveres abandonados, en medio de esta soledad e indiferencia, son recogidos por las autoridades, dejando solo, como huella de su despedida, la sangre sobre el asfalto que brotó de sus cuerpos heridos. Todas las noches llueve y esta lluvia diluye y borra la sangre de las calles, llevándose entre caudales de este líquido mezclado y sucio, las huellas y la memoria a las alcantarillas y desagües, desapareciendo en los subsuelos de la ciudad, como en los subsuelos de la memoria. Testimonios desaparecidos de que las cosas no están funcionando para nada bien. Al otro día todo vuelve a la normalidad, al silencio impotente, al caos de los automóviles y de los transeúntes, al miedo como un fantasma, al dolor de las calles húmedas.

Una historia de amor; profunda, efímera y transformadora, en medio de estas noches crudas y violentas será la base de la puesta en escena de estos sentimientos de los que he sido testigo. Un “road movie” urbano protagonizado por un taxista joven, nihilista y pensativo y una dueña de la noche, cuestionada y necesitada de la soledad y de la sordidez.

Dos universos autodestructivos, cargados de un pasado inevitable, se encuentran y en ese encuentro empiezan a percibir un rastro de luz en medio del sin sentido y la oscuridad. Una historia de una sola noche y de un amanecer, por donde desfilarán las criaturas de las calles, el bien y el mal en su perpetua y contradictoria procesión, acompañados por los instintos de fuerza, poder y sobre vivencia en una jungla de asfalto difícil de habitar.
Personajes y sentimientos retratados en un estilo personal, sobrio y documental; buscando lograr un equilibrio entre lo poético y lo sutil de la forma y lo descarnado y brutal del contenido. Una película ambiental y de sicologías, narrada en “Down tempo” y en bloques de “tiempo real” para ir desnudando la aparición progresiva de los sentimientos, la respiración y el pulso interno de los personajes y el destino ineludible de una ciudad y un país que va creciendo a la sombra de los días.
La esperanza del amor, como contraposición a la aridez de la violencia; la búsqueda de la vida en medio de las pulsiones instintivas de la sordidez, las preguntas necesarias y los espejos evitados para una sociedad agotada, convaleciente y temerosa de si misma y de su propia imagen

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