El monólogo suele ser de una sinceridad terminante. No hay interlocutor con quien medirse. El diálogo suele ser de una cómplice sinceridad: en el mejor de los casos es tu palabra junto a la mia. Pero más allá del diálogo aparece ya el espectador y el testigo. La sinceridad se ha hecho imposible. Más allá del diálogo empieza la representación. Rafael Argullol

lunes, 27 de octubre de 2008

Mojándolo todo



















Por casualidad encontré esta foto en la red y no supe de quién era, lo que si supe fue lo que me ocasionó al verla. Desde ese momento se originaron una cantidad de reflexiones y miradas que me llevaron a poner el tema de la masturbación en cuanta charlas y diálogo me he enfrascado.

Alguien dice que lo mejor para la fidelidad es masturbarse. Otr@s que la realizan con frecuencia y logran un grado de satisfacción tal que no generan arrepentimiento ni culpas post morten. Otr@s que es una acto de independencia.

Otr@s que ayuda a añorar viejos e inolvidables encuentros. Hoy en el almuerzo ella me decía que había entendido el uso y utilidad de cada uno de sus dedos y que eso le permitía no tener que mandar a la mierda a nadie después de unas copas o una noche loca y asi se sentía más tranquila. Además de no generar compromisos ni acosos telefónicos ni electrónicos, la masturbación es la absoluta libertad que la especie en estos torridos y port wallestrizados tiempos añora y busca con tanto ahinco.

Otros defienden el contacto y la lucha cuerpo a cuerpo en el tálamo y dicen que no hay como una caricia y un beso. Otros deambulan y sueñan con ser los recolectores de las migajas que dejan los demás. Otr@s conservan en buena estima eso de relacionarse y tirar con afecto.

Otr@s navegan y maschullan sus soledades en páginas para hacer amigos y niegan cómo practican el vicio solitario frente a una imagen que les trae el cartero MAIL. Otr@s se ufanan de las veces diarias que la practican y cuentan las técnicas para hacerlo en reuniones y en público.

Otr@s mojan sus interiores mientras cuentan y recuerdan sus hazañas. Asi que esta noche si no tienes con quién practicar la cristiana costumbre de preservar la especie, manda tu mano suavemente y acariciate pensando en esa persona, animal o cosa, STOP, que tanto humedecen tus sueños y tu cotidianidad, eso si mojándolo todo.
Mojándolo todo

(Luis Eduardo Aute)

Tendida,
con los muslos como alas abiertas,
dispuestas al vuelo.. me incitas,
me invitas a viajar por lácteas vías
y negros agujeros levemente desvelados
por tú mano que juega
por pudores y sudores enjugando
entre pétalos de carne, el estigma
de tu flor más desnuda,
Mojándolo todo...
Volando por universos de licor.

Húmedas llamas
los labios que con tus dedos
delicadamente delatas, dilatas para mí,
mostrándome, obscena la cueva del milagro
por donde mana el líquido rayo de la vida,
incandescente fuente, lechosa lava,
salpicaduras de agua profunda que inunda
Mojándolo todo...
volando por universos de licor.

Mi boca
besando tus labios incendiados
se dispone a beber en tu cáliz de polen y licor
y, entre zumos y zumbidos de olas y alas,
libidinosamente libar el néctar
de la flor de tus mareas...
lamiendo la miel salada que te fluye
y quema mi lengua que vibra,
lasciva, entre savia y saliva
mojándolo todo...
volando por universos de licor

Mis alas
de cera batiendo combatiendo tu fuego
en oleadas de ardientes espumas y plumas
e Ícaro volando tan alto, tan alto...
que a punto de entrar en el jardín del Edén,
fundido su vuelo por tu derramado sol,
cae, como el ángel exterminado,
al mar de los naufragios,
mojándolo todo...
volando por universos de licor.

1 comentario:

DIANA MARIA RAMIREZ GALEANO dijo...

Entre los sueños, los ideales y las realidades cotidianas, siempre el ser humano construye mundos de soledad interna que le permiten protegerse de la externalidad.
La masturbación es una alternativa para recrear, para sentir, para aprender a reconocerse en lo más intimo de la corporalidad humana.
Y anque siempre será mejor el contacto cuerpo a cuerpo con el otro, en el mientras, se vale todo para continuar sintiendo.