El monólogo suele ser de una sinceridad terminante. No hay interlocutor con quien medirse. El diálogo suele ser de una cómplice sinceridad: en el mejor de los casos es tu palabra junto a la mia. Pero más allá del diálogo aparece ya el espectador y el testigo. La sinceridad se ha hecho imposible. Más allá del diálogo empieza la representación. Rafael Argullol

lunes, 27 de octubre de 2008

UN PASEO POR JUGUITOS cuento


UN PASEO POR JUGUITOS

 

Como todo caballero que se respete o se quiera hacer el bolsón con lo sucedido, pasado, ocurrido o acontecido en una noche de larga, loca y extendida bohemia, su digno, noble y loable deber es OLVIDAR de manera contundente y efectiva la imagen de la fémina o féminas que fueron victimas de los atentados, con explosivos y sin ellos. Con esta estrategia, que está en el manual "Cómo ser un cazador empedernido y sin verguenza, y muchas otras cosas más", de su dilectisimo amigo Josué, alias el ILBER; las féminas al otro día se sorprenden por el descaro, la frescura y naturalidad con la que uno toma las cosas, especialmente con ellas. Esta acción es para evitar complejos de culpa y reclamos, por lo que pudo o no haber pasado, y ademas para mantener la dignidad y soberbia, características importantes en el gremio.

 

Cierto día de ocio y locha, es decir casi todos, solo trabajamos cuando bebemos y estamos detrás de algún jean ajustado o un descaderado descarado. Paseando por juguitos de la U de A. vi...... una mujer con unas tetas tan fenomenales que mi Edipo se elevó a la máxima potencia, la observo, no me detallaba en su cara, solo en sus SENOTES o tetas como dicen por ahí, estaba alelado, encantado e idiotizado, cuando..... para sorpresa mia... Esa mujer, toda tetas y soberano culo se comienza a acercar. 

Yo, sorprendido agaché la cabeza para evitar su mirada.

 -Hola Josué- Fueron sus palabras. 

Mi cerebro trabajó de manera eficiente tratando de recordar esa voz. Pero nada. 

Mi mirada comienza subir y allí estaba ella. 

Cabello suelto y en una pose que me recordó mis idas y venires en los lugares donde nos dicen mi amor sin conocernos. 

¿Dónde he visto esta vieja? Fue mi pregunta 

¿Dónde putas¿ Repetí. 

Y de pronto el recuerdo de una Universidad por las Vegas me la trae a la memoria. Aunque yo la había saludado y besado en la mejilla con la naturalidad del caso, su rostro no me era muy familiar. 

Luego de sus labios salieron las palabras mágicas. Josué.... ¿Sabes si Santiago se casa?.

 El único Santiago registrado en mi RAM es Santiago Ortiz Correa. Y ese sólo se casará con una ISABEL, con autorización expresa de Doña Josefina. 

Santiago??????????????????

Santi?????????????? 

San???????? 

Ya entiendo...ella me preguntaba por santiagogarcía. Claro santiagogarcía, no es Santiago, porque santiagogarcía no se confunde con Santiago. 

Y yo haciéndome el que no sabe la cosa, le dije "No sé nada". Y ella sentándose enfrente mio y anteponiendo sus tetas me relató con pelos y señales cómo esa bruja y además fea le había quitado el amor de su vida. Aquel hombre que le había dado las clases de anatomía con parada. Del cál-culo diferencial en el apartamento. Aquel hombre que le enseño las cuatro poses del kamasutra colombiano. Es decir su hombre. 

Yo con cara de horror me compadecí de ver huerfanos esos senos. Qué senos digo esas tetas, esa cara de bandida, con la necesidad de un macho para que le recordara la tarea aprendida.

 

Como todo miembro de la Real Orden me solidaricé con ella. Pues en el fondo, asi lo neguemos, lo que buscamos es consolarla en la cama o mas poéticamente en el tálamo. Sus tetas no dejaban de señalarme, como indicando si no es él, usted me tiene que responder. 

Hablamos mal de él, de cómo dejaba una mujer con las cualidades de ella. 

De lo que haríamos en el matrimonio para sabotearlo. En fin, como dicen en Antioquia nos parceriamos. Me dio su numero de celular para que la llamara y la invitara a desahogarse, para que hablaramos de la vida y para... 

Que mierda, llevo meses buscando el maldito papelito donde anoté el teléfono.

 

No hay comentarios: