El monólogo suele ser de una sinceridad terminante. No hay interlocutor con quien medirse. El diálogo suele ser de una cómplice sinceridad: en el mejor de los casos es tu palabra junto a la mia. Pero más allá del diálogo aparece ya el espectador y el testigo. La sinceridad se ha hecho imposible. Más allá del diálogo empieza la representación. Rafael Argullol

lunes, 10 de enero de 2011

Nuestra trama




ARMAR LA TRAMA

La vida es una mierda, se escucha por todos lados.

Tramamos a quienes queremos seducir. Enredamos a quien deseamos. Engatusamos a los que tienen cara de inocentes. Seducimos con frases prestadas y con poemas mal aprendidos. Dedicamos canciones que no nos sabemos. Nos pintamos la cara con las máscaras que estén acordes a las circunstancias. No damos información que no es lo mismo a mentir y si es mentir ¿cuál es la verdad? ¿Qué verdad? Jugamos todos los días a dominar, así sea al otro. Encantamos con palabras que disimulan nuestras carencias. Consideramos que el otro es menos que nosotros. Traficamos con los gustos y las debilidades de los otros. Escondemos las fichas del cotidiano rompecabezas para nuestro uso personal. Incitamos a que el otro dependa de nuestras supuestas certezas. Maquillamos las ocasiones y eliminamos el rímel de las futuras lágrimas. Aconsejamos lo que no somos capaces de asumir. Recomendamos lo que no ha sido digerido. Soterramos las falencias de quien nos discute. Ablandamos oídos y mentes.

Drexler dice:

Camino por Madrid en tu compañía,
Mi mano en tu cintura,
Copiando a tu mano en la cintura mía.
A paso lento, como bostezando,
Como quién besa el barrio al irlo pisando,
Como quién sabe que cuenta con la tarde entera,
Sin nada más que hacer que acariciar aceras.
Y sin planearlo tú acaso,
Como quién sin quererlo va y lo hace,
Te vi cambiar tu paso,
Hasta ponerlo en fase,
En la misma fase que mi propio paso.
Ir y venir, seguir y guiar, dar y tener,
Entrar y salir de fase.
Amar la trama más que al desenlace,
Amar la trama más que al desenlace.

Tramar y armar las tramas es inherente a querer ser un jugador, un buen jugador, eso nos mantiene vivos, despiertos, atentos y nos deja con ventajas frente al competidor. La idea siempre ha sido ir por ahí, como en un film de Eric Rohmer, sin esperar que algo pase, aunque siempre algo ocurrirá. Pero nuestra trama, sí la tuya y la mía, se diferencia porque no argumenta, solo pretende buscar conexiones causadas entre los distintos elementos que forman nuestra cotidianidad, pero nunca buscamos describirlas.

La trama se ha definido como "el principio fundamental de la tragedia", pero a ¿cuál tragedia nos evoca Aristóteles, a una imitación de la acción? O ¿lo nuestro ha sido una tragedia que nunca hemos querido asumir? O es acaso que, ¿la trama debe tener un planteamiento, un nudo y un desenlace?, o tal vez, ¿sus partes tienen funciones independientes?, pero eso a qué contribuye si nuestra trama no es para lo narrativo, ni siquiera aguantaría ser el guión de una radionovela de tercera.

En nuestra trama los elementos están tan conectados que la eliminación de cualquiera de ellos deformaría nuestro todo, nuestro bolso. En el fin de la trama, nuestras resoluciones podrían precipitarnos a una catástrofe, pero jamás a una hecatombe. Mientras en los libros se sigue planteando o afirmando que, la trama es el cuerpo de la historia, eso a nosotros ya que nos importa.

Nuestra trama siempre comienza con un problema o con una discrepancia que complica nuestra historia, que casi siempre las inicio yo, para no hacerte sentir culpable; pero y si no existe tal complicación, no existe la trama, por lo tanto tú y yo, tampoco existimos.

Veo que los problemas o discrepancias que motivaron que escribiera ésta, nuestra trama, se debe a que nos estamos creando tensiones que aumentan con el paso de los días y con el desarrollo de nuestra historia o de nuestra trama. Sin hacer un exhaustivo balance ni contar los distintos episodios de nuestra trama, ésta nos está transformando o nos está enredando más la vida y pareciera que inexorablemente nos conduce al punto culminante de esta nuestra trama.

Y a pesar de todo esto, tus historias, tus líos, tus problemas, tus miedos, tus dudas, tus temores, tus celos, tus conflictos, aún me tramas.











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