El monólogo suele ser de una sinceridad terminante. No hay interlocutor con quien medirse. El diálogo suele ser de una cómplice sinceridad: en el mejor de los casos es tu palabra junto a la mia. Pero más allá del diálogo aparece ya el espectador y el testigo. La sinceridad se ha hecho imposible. Más allá del diálogo empieza la representación. Rafael Argullol

viernes, 10 de diciembre de 2010

Dicsparche



Mi nuevo Parker o James como usted quiera llamarlo
Sobrebarriga sin capul

Unos vinitos con Hilderboy o Himenman
Con los compañeros de la UdeM (Lina, Camilo, Carlos y Sparboy)

Himenman
Maria
La pareja conductora
Alejo y Daniel del ITM

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