El monólogo suele ser de una sinceridad terminante. No hay interlocutor con quien medirse. El diálogo suele ser de una cómplice sinceridad: en el mejor de los casos es tu palabra junto a la mia. Pero más allá del diálogo aparece ya el espectador y el testigo. La sinceridad se ha hecho imposible. Más allá del diálogo empieza la representación. Rafael Argullol

jueves, 30 de diciembre de 2010

Kronosaurio, fósil en Monquirá Villa de Leyva

Sergio, Stefi, Gina, Holman y Daniel

El explorador














No hay comentarios: