El monólogo suele ser de una sinceridad terminante. No hay interlocutor con quien medirse. El diálogo suele ser de una cómplice sinceridad: en el mejor de los casos es tu palabra junto a la mia. Pero más allá del diálogo aparece ya el espectador y el testigo. La sinceridad se ha hecho imposible. Más allá del diálogo empieza la representación. Rafael Argullol

miércoles, 13 de enero de 2010

NEOGROTESCO BOYACENSE

La estética es una reflexión filosófica que se hace sobre objetos artísticos y naturales, y que produce un “juicio estético”. La percepción sensorial, una vez analizada por la inteligencia humana, produce ideas, que son abstracciones de la mente, y que pueden ser objetivas o subjetivas. Las ideas provocan juicios, al relacionar elementos sensoriales; a su vez, la relación de juicios es razonamiento. El objetivo de la estética es analizar los razonamientos producidos por dichas relaciones de juicios. Las ideas evolucionan con el tiempo, adaptándose a las corrientes culturales de cada época.

Los cinco sentidos, de Hans Makart

Lamento informarles que todo lo que les voy a contar puede no ser de su agrado, pero como el conocer no es por si les gusta ni para su complacencia me remitiré a exponer unas ideas que espero al menos les sirvan de información.

El mundo occidental no ha hecho un largo viaje en el estudio de la estética para reflexionar sobre la imagen o más concretamente sobre lo bello que puede contener esa imagen, y en dicho proceso la estética no ha sido algo que siempre se haya mantenido fijo. Las ideas en torno al tema se han ido substituyendo unas a otras con las diferentes visiones que se ha tenido de la belleza a lo largo de la historia; visiones que han venido, muchas veces determinadas, por la historia, por la literatura o incluso por la ciencia, no obstante ser la filosofía y su escala de valores la que ha configurado una forma casi absoluta de los planteamientos de la estética.

Este paseo desde la estética en la Antigüedad Clásica, pasando por la Edad Media y el Renacimiento, siguiendo con el racionalismo cartesiano y la estética empirista, para recalar en el idealismo alemán y sus juicios de valor, es nada comparado con el desarrollo que ha tenido, esta disciplina, en las últimas décadas. Por tanto surge una pregunta, que puede aguar el caldo postguayabo producto del fervor decembrino: ¿Cómo es posible que nadie dijera nada, ni mucho menos manifestara su descontento con el esperpento y deprimente espectáculo de luces ubicado en el Puente de Boyacá?

Como lo estético, según lo expresado arriba, no tiene que ver con muchas de las frecuentes discusiones andinas que pululan entre nuestros doctos en los cafés de nuestro departamento, entonces, ¿dónde estaban las damas rosadas, verdes, naranjas que tanto pregonan por las buenas maneras y las cosas en su sitio, al ver semejante adefesio? Nadie manifestó nada por el temor a ser señalado por la neo-inquisición local y nacional, para ellos y para vuestras mercedes quiero traerles a colación este fragmento del Libertador, encontrado en el texto Diario de Bucaramanga de Perú De Lacroix:

Día 6

Después de comer fuimos a dar un paseo por las calles, y entramos por casualidad en la iglesia, en medio de la cual se veía un angelito muy bien vestido y adornado con muchas flores. S.E. se detuvo por unos instantes a mirar aquel niñito que la muerte había segado tan temprano; luego se puso a observar algunos cuadros de santos y santas y a criticar las pinturas que, efectivamente, son lo peor que puede haber, y dijo: « qué es el pueblo! Su credulidad e ignorancia hace de los cristianos una secta de idólatras.
Echamos pestes contra los paganos porque adoraban las estatuas, y nosotros, ¿qué es lo que hacemos? ¿No adoramos como ellos pedazos de piedra, de madera groseramente esculpidos, retazos de lienzos mal embadurnados, como estos que acabamos de ver, y como la tan reputada Virgen de Chiquinquirá, que es la peor pintura que yo haya visto, y quizás la más reverenciada en el mundo y la que más dinero produce? ¡Ah, sacerdotes hipócritas e ignorantes! En estas dos clases los pongo a todos: si están en la primera, ¿por qué el pueblo se deja dirigir por unos embusteros? Y si están en la segunda, ¿por qué se deja conducir por unas bestias? Conozco a muchos que me han dicho: «Soy filósofo para mí solo o para unos pocos amigos, y sacerdote para el vulgo».
Profesando tales m mas afirmo yo que dejan de ser filósofos para tornarse en charlatanes». Continuó S.E. diciendo que el estado actual de las luces dejaba a muy pocos engañados en estas materias; que los hombres racionales no discutían ya principios, dogmas y misterios, cuyos cimientos eran reconocidamente falsos, y que, por lo mismo, se sabía que eran hijos de la superstición y la impostura. «qué imprudencia todavía por parte de nuestros empíricos sagrados!
No puedo recordar sin risa y sin desprecio el edicto en que me excomulgaron, a mí y a todo mi ejército, los gobernadores del arzobispado de Bogotá, doctores Pey y Duquesne, el día 3 de diciembre del año 14, afirmando que yo venía a saquear las iglesias, a perseguir a los sacerdotes, a destruir la religión, a violar las vírgenes y a degollar a los hombres y a los niños, y todo esto para retractarlo públicamente con otro edicto, en el que, en lugar de pintarme como impío y hereje, como lo habían hecho en el primero, confesaban que yo era un bueno y fiel católico.
¡Qué farsa tan ridícula y que lección para los pueblos!
Nueve o diez días de intervalo hubo entre aquellos dos edictos. El primero se dio porque marchaba sobre Bogotá por orden del Congreso general, y el segundo, porque había entrado victorioso en aquella capital. Nuestros sacerdotes tienen todavía el mismo espíritu, pero el efecto de las excomuniones es nulo ahora; las fulminan sin otro resultado que el de aumentar su ridículo, mostrar su impotencia y aumentar cada día más el desprecio que merecen».

El ridículo es lo que acaban de hacer y mostrar los encargados de este nart-barroco local, y vergüenza ajena fue la que se sintió al mostrar a los turistas, este grotesco espectáculo.
Decidimos hablar de estética pues por estos lugares tampoco se puede hablar de ética.

No hay comentarios: