El monólogo suele ser de una sinceridad terminante. No hay interlocutor con quien medirse. El diálogo suele ser de una cómplice sinceridad: en el mejor de los casos es tu palabra junto a la mia. Pero más allá del diálogo aparece ya el espectador y el testigo. La sinceridad se ha hecho imposible. Más allá del diálogo empieza la representación. Rafael Argullol

miércoles, 20 de enero de 2010

Palomar

El señor Palomar mira y analiza el mundo.
Italo Calvino
El señor Palomar observa y piensa, entre la aparente no actividad y la enorme actividad interior, que se traduce en evolución del pensamiento acerca del mundo.
Las experiencias de Palomar consisten en concentrarse en pequeños objetos y fenómenos a través de cuyo minucioso análisis encontrará una relación entre el objeto y el universo, o entre el yo y el universo, porque éste se refleja, se verifica y se multiplica en todo lo que nos rodea.
Todo es lo mismo y todo forma parte de lo mismo. El mar, el cielo, las estrellas, un prado, un pequeño queso en la estantería de un supermercado, el mármol ensangrentado de una carnicería encierran en ellos mismos todas las preguntas sobre la existencia.

Su título, que hace honor a un famoso observatorio astronómico, es
también el nombre del personaje: Palomar.
Si bien la obra -breve, por cierto, y por esa
razón creo que doblemente buena- tiene ya algunos años, vale la pena recordarla para
quienes ya la leyeron, o bien, alentar a quienes todavía no lo hicieron para que se
animen a disfrutar una buena lectura y no se pierdan esta joya de la literatura.
La novela se organiza en tres apartados, cada uno de los cuales corresponde a disti
ntos
momentos o tipos de reflexión por los que atraviesa el Señor Palomar, y por qué
negarlo, también el lector.

En el primero -'LAS VACACIONES DE PALOMAR'- 'el texto tiende a configurarse como una
descripción y se basa en una experiencia visual del personaje'. Aquí encontraremos a
Palomar en la playa, por ejemplo, haciendo una deliciosa lectura de una ola; o
interpretando minuciosamente el silbido de los mirlos en su jardín, mientras hace un
atinado paralelo entre este tipo de comunicación y los diálogos humanos; y también
veremos a Palomar que mira al cielo y se mantiene pensando en adueñarse de 'todo lo
que de un planeta puede caber en un ojo'.

En la segunda sección -'PALOMAR EN LA CIUDAD'- 'se presentan algunos elementos
antropológicos y culturales, y la experiencia de Palomar implica además de los datos
visuales referencias al lenguaje, los significados y los símbolos'. Aquí las reflexiones de
Palomar se suceden en tres ambientes diferentes: la terraza de su casa; mientras hace
las compras y durante una visita al zoo. Imperdible la visita al zoo de Barcelona y las
elucubraciones que Palomar hace a partir de la observación de 'Copito de nieve'. En
otro pasaje, cuando está en la quesería Palomar piensa: “Este negocio es un
diccionario: la lengua es el sistema de los quesos en su conjunto: una lengua cuya
morfología registra declinaciones y conjugaciones en innumerables variantes, y cuyo
léxico presenta una riqueza inagotable y matices de significado, como todas las lenguas
nutridas del aporte de cien dialectos.” Imposible citar todo o bien comentarlo, nada
mejor que la lectura.

El último apartado -'LOS SILENCIOS DE PALOMAR'- 'se refiere a experiencias relativas al
cosmos, al tiempo, al infinito y a las relaciones entre el yo y el mundo'. Aquí iremos de
vacaciones con Palomar y visitaremos, entre otros lugares, las Ruinas de Tula, en
Méjico, para enterarnos de que “En la arqueología mejicana cada estatua, cada objeto,
cada detalle de bajorelieve significa algo que significa algo que a su vez significa algo.
Un animal significa un dios que significa una estrella que significa un elemento o una
cualidad humana y así sucesivamente.” También en este apartado el personaje
reflexiona acerca de los modelos de conocimiento, llegando a la conclusión de que se
necesitaría una gran variedad de modelos, tal vez variables o combinalbes entre sí,
para alcanzar cierta comprensión de una realidad que a su vez está hecha de muchas
realidades diversas, en el tiempo y en el espacio.

En síntesis, como dice el personaje de este libro, dado que no pensar es imposible, tal
vez tenga sentido hacer como él hace y detenerse en cualquier lugar a observar o
dejarse observar por el mundo, preguntarse acerca del sentido de las cosas y de uno
mismo en cualquier situación cotidiana, tratar de comprender entre esta situación y el
estallido de la galaxia más lejana qué relación existe.
Agustín Zapatero

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